domingo, 20 de marzo de 2011

MUJER Y PIRATERÍA


Entre los siglos XVI y XVIII tiene lugar la edad dorada de la piratería en el Caribe. Ello tuvo algunas interesantes consecuencias en la vida y posición de las mujeres, especialmente en el mundo anglosajón, tal como se ha visto siempre reflejado en la ficción y la literatura popular.

Fueron muchos los hombres que por motivos económicos emprendieron vidas de marineros en aquellos tiempos, y muchas las mujeres que quedaron atrás teniendo que ocupar los empleos y profesiones que dejaban sus padres, maridos e hijos. Se les permitió comerciar, ejercer de minoristas e incluso tener participaciones en la propiedad en los barcos. A menudo eran posaderas o gerentes de tabernas, y en ciudades costeras la ley permitía que las viudas conservaran las responsabilidades y propiedad de la herencia de sus maridos.

Como dueñas de estas propiedades gozaban de una considerable autonomía e independencia económica, y entre su clientela habitual bien podían relacionarse asiduamente con piratas. Es bien sabido que los piratas solían usar ese tipo de establecimientos para congregarse y comerciar entre ellos y con los comerciantes de la costa.

Así las dueñas hosteleras además de darles alojamiento, comida, y un escondite frente a las autoridades, también podían comprarles bienes ilegales, ejercer de casa de empeños o incluso de prestamistas.

Para estas mujeres casarse con marineros, e incluso piratas, significaba seguir ocupando sus profesiones. Los maridos se pasaban largas temporadas en el mar y en aquella época difícilmente podían enviar parte de sus pagas al hogar, por lo que sus esposas debían poder ser autosuficientes de forma regular.

Los casos más singulares nos llevarían hasta las mujeres que no solo se desposaron con piratas, sino que se convirtieron directamente en piratas o acompañaron en sus andanzas por el mar a otros piratas. Son pocos los ejemplos pero tan notorios que siempre han disparado la imaginación popular: Jacquotte Delahaye, Anne Dieu-le-Veut, Mary Read, Anne Bonny...

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