En el siglo X los noruegos que huyen de la tiranía del rey Harald Harfagar (Harald del hermoso cabello) comienzan a poblar Islandia. Llevaron armas, herramientas, útiles de labranza, hacienda, caballos. Fundaron una especie de república, gobernada por una asamblea general, el Althing.
De esa Islandia surgió la literatura medieval más rica y compleja de todo el mundo germánico.
En uno de los capítulos iniciales de la Saga de Njal, Hallgerd la Hermosa obró una vez de un modo mezquino y su señor, Gunnar de Hlítharendi, el más valiente y pacífico de los hombres, le dio una bofetada.
Años después, los enemigos sitian su casa. Las puertas están cerradas. Gunnar los tiene a raya con sus flechas, pero al fin le cortan la cuerda del arco.
- Téjeme una cuerda con tu pelo -le dice a Hallgerd.
- ¿Te va en ello la vida? -pregunta ella.
- Sí -responde Gunnar.
- Entonces recuerdo la bofetada que me diste una vez y te veré morir -dice Hallgerd.
Asi Gunnar murió, vencido por muchos.
El texto nada nos había dicho de ese rencor, de pronto lo descubrimos bruscamente, actual y terrible, con el mismo asombro de Gunnar.
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