La leyenda romana del rapto de las mujeres sabinas ofrece diversos niveles de análisis e interpretación. Una vez Roma ha sido fundada tiene su primera guerra contra los vecinos, pero no acaba en victoria o derrota, sino en alianza, sentando los cimientos de una ciudad emergente y en expansión.
Asimismo, para los estudiosos de la mitología no ha pasado desapercibido el paralelismo con el mito griego de la guerra de lápitas contra centauros. Los lápitas estaban emparentados con los centauros, ya que sus ancestros los hermanos Lápites y Centauro eran ambos hijos de Apolo y la ninfa Estilbe.
Durante la boda de Piríto, hijo del rey Ixión, con Hipodamía, los centauros formaban parte de los invitados, pero no acostumbrados a los efectos del vino durante el banquete, ebrios y descontrolados, trataron de violar a la novia, las demás mujeres y los muchachos presentes. Gracias a la intervención del héroe Teseo, los lápitas lograron expulsar a los centauros.
Pero para completar la leyenda del rapto de las sabinas hay otro ingrediente fundamental a descifrar, las guerras contra vecinos para abastecerse de mujeres, una práctica que parece datar de mucho antes de la mitología romana.
Sin ir más lejos los griegos de la época arcaica, contraídos por un territorio estrecho y pequeño, se lanzan en una gran corriente de colonización por el mediterráneo. En muchas ocasiones los colonos son solo hombres y cuenten con la población autóctona para proveerse de mujeres y esposas, en lo que viene a ser la tradición del matrimonio por rapto, tan extendida por distintas épocas y pueblos de todo el mundo.
Según Herodoto en su Historiae los colonos atenienses de la ciudad de Mileto, en la antigua Caria, atacaron a los autóctonos, matando a todos los hombres, para apoderarse de sus mujeres. Para vengarse de sus captores las mujeres carias juraron nunca comer con sus nuevos esposos ni llamarles por sus nombres.
Más primitivo todavía es el caso de los restos neolíticos encontrados en Talheim, cerca de Leipzig (Alemania), de un enterramiento que tuvo lugar hará siete mil años. En 2008 un grupo de paleontólogos británicos llegó a la conclusión de que se trataba de los restos de una matanza, de una tribu aniquilada por otra tribu rival que secuestraron a todas sus mujeres como botín de guerra.
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