sábado, 4 de junio de 2011

LA ILÍADA DE HOMERO (I) - ESPOSAS, VIUDAS, ESCLAVAS


"Mujer y riquezas serán del que venza." (Canto III)

La Ilíada, el poema más antiguo escrito en griego, narra en clave mítica la famosa Guerra de Troya. La guerra se desencadena tras haber sido invitado el príncipe troyano Paris como huesped en el palacio de Menelao rey de Esparta. Cuando Paris se lleva consigo a Helena reina de Esparta, algunas versiones dicen que raptada pero en esta de Homero se entiende que seducida, Menelao acude a su hermano y todos sus aliados para vengar tal ofrenta y transgresión de las leyes no escritas de hospitalidad y declarar todos juntos la guerra contra Troya.

Tras cruzar el mar con una flota de una magnitud nunca antes conocida, el asedio de la amurallada Troya sin embargo se prolonga, y las batallas en las playas y ciudades vecinas se suceden durante nueve años.

En esta brutal guerra de hombres, y en todas las guerras de la antigüedad, el destino de las mujeres es especialmente cruel, si sus maridos o padres son derrotados no solo se convertirán en viudas y huérfanas sino también en esclavas propiedad de los vencedores, tal y como puede verse en los siguientes fragmentos del poema:

"Los primeros que obren contra lo jurado vean derramárseles a tierra, como este vino, sus sesos y los de sus hijos, y sus esposas caigan en poder de extraños." (Canto III)

"Han sido los primeros en faltar a lo jurado, sus tiernas carnes serán pasto de buitres y nosotros nos llevaremos en las naves a sus esposas e hijos cuando tomemos la ciudad" (Canto IV)

"Al pasar Héctor por la encina y las puertas Esceas, acudieron corriendo las esposas e hijos de los troyanos y preguntáronle por sus hijos, hermanos, amigos y esposos; y él les encargó una tras otra que orasen a los dioses, porque para muchas eran inminentes las desgracias." (Canto VI)

"Así yo pasé largas noches sin dormir y días enteros entregado a la cruenta lucha con hombres que combatían por sus esposas." (Canto IX)

"Tendidos en tierra, eran ya más gratos a los buitres que a sus propias esposas." (Canto XI)

"Quien sea herido mortalmente, de cerca o de lejos, cumpliéndose su destino, muera; que será honroso para él morir combatiendo por la patria, y su esposa e hijos se verán salvos, y su casa y hacienda no sufrirán menoscabo, si los aqueos regresan en las naves a su patria tierra." (Canto XV)

"Sin duda esperabas destruir nuestra ciudad, hacer cautivas a las mujeres troyanas y llevártelas en los barcos a tu patria. ¡Insensato!" (Canto XVI)

"Os he traído de vuestras ciudades; sino para que defendáis animosamente de los belicosos aqueos a las esposas y a los tiernos infantes de los troyanos." (Canto XVII)

"El fuerte Hiperenor, domador de caballos, no siguió gozando de su juventud, después de injuriarme diciendo que yo era el más cobarde de los guerreros dánaos; y no ha podido volver con sus pies a la patria, para regocijar a su esposa y a sus venerables padres." (Canto XVII)

"Te refugiaste en Lirneso y yo tomé la ciudad con la ayuda de Atenea y del padre Zeus y me llevé las mujeres haciéndolas esclavas." (Canto XX)

"Peleando por nuestros padres, esposas e hijos, salvaremos a Troya". (Canto XXI)

"¡Que todos los troyanos perezcan de mala muerte con sus hijos y sus castas esposas!" (Canto XXI)

Moda - Siglo XV, Italia

miércoles, 1 de junio de 2011

MUJER EN LA ANTIGUA ESPARTA (I)


«¿Por qué las mujeres espartanas sois las únicas que gobernáis a los hombres?». «Porque también somos las únicas que damos a luz a los hombres».

Respuesta de Gorgo, reina de Esparta, a la pregunta de una mujer de Ática, según el historiador Plutarco.

Aunque no disponemos de textos escritos por los espartanos, los numerosos autores extranjeros de su tiempo que visitaron Esparta observaban con gran confusión la indulgencia con la que se gobernaba a la población femenina. Aristóteles entre ellos, denunció la "ginocracia" o "gobierno de mujeres” de la polis de Esparta: "durante el período de su imperio, muchos asuntos eran administrados por las mujeres. Sin embargo, ¿cuál es la diferencia entre tener gobernantes gobernados por mujeres y un gobierno real de mujeres?"

Las mujeres espartanas eran las únicas de toda Grecia que podían heredar propiedad en todo su derecho, esto incluye heredar tierras, piedra angular del sistema económico, social y político. También podían llevar una vida pública, si bien tenían vetado hablar en la asamblea pública, poseían una gran influencia en la comunidad y con frecuencia expresaban sus opiniones sobre asuntos políticos, confiándolas a sus maridos para que las expresaran en la asamblea por ellas.

Nadie dudaba de que las mujeres de Esparta eran las más formidables: las más fuertes, las más hermosas, las más firmes y seguras, las más francas y habladoras, las más ricas y poderosas. No se parecían en nada a otras mujeres. Eran osadas y directas a la hora de hablar, sabían leer y eran cultas, independientes de pensamiento, además de mandonas, se defendían por sí mismas, con un orgullo despreocupado, tranquilo y firme que muchos observadores encontraban profundamente perturbador e inquietante. Las mujeres simplemente no deberían ser así, se esperaba que fueran calladas, que se quedaran en casa. Pero las espartanas no estaban confinadas ni en el hogar ni atadas a las tareas domésticas

No hay que olvidar que los espartanos dedicaban todo su esfuerzo y devoción al sustento de un Estado militar. Para ello tenían a un pueblo entero, los ilotas, sometido, eran siervos propiedad del Estado, obligados a hacer todo el trabajo agrícola y dar la mitad de lo producido a sus señores los ciudadanos. Mientras esa minoría ciudadana se aplicaba enteramente a cultivar el arte de la guerra y crear los mejores soldados de todo el mundo antiguo.

Esparta tenía la reputación de exponer a sus recién nacidos a la muerte, fueran niños o niñas, debido a defectos físicos, aspecto enfermizo o poco robusto. El papel primario de una mujer era dar a luz y criar a los hijos, pero los espartanos creían que una mujer podía realizar mejor este trabajo si se mantenía en forma y sana, creían que las madres fuertes producirían bebés fuertes, bebés sanos y vigorosos. El entrenamiento físico y los deportes atléticos eran tan importantes para las niñas como para los niños, que se ejercitaban en competiciones regulares de atletismo, lucha libre, disco y jabalina, e incluso carreras de carros de caballos.

Solo dos clases de espartanos recibían el honor de una tumba con su nombre inscrito, los hombres que morían en la guerra y las mujeres que morían en el parto.